Análisis de Sueños

Mònica Pintanel

En la psicoterapia junguiana, que suele durar entre dos y tres años, ampliamos las imágenes de los sueños utilizando asociaciones, imaginación activa, conexión con símbolos y arquetipos del inconsciente, e intentamos encontrar un sentido para el soñante. Testimonio de un soñante: Soñar en este atardecer ha representado, para mí, comprender que la relación que tenía a nivel laboral con la empresa ha finalizado y que, después de todo el periodo de tensiones que he pasado, quizás ha llegado la hora de aflojar, y dejar que todo se ponga a dormir. Deberé aceptar que esta etapa de mi vida profesional se cierra, y desde la contemplación, descubrir que detrás del horizonte se abrirán nuevas puertas para mí. Me merezco este descanso.

En este sentido, todo sueño debe agregar algo de conocimiento consciente del sujeto; cuando no logra hacerlo, probablemente no se ha interpretado de la manera adecuada.

La interpretación de sueños tiene sentido en un entorno terapéutico; fuera del mismo no nos da la garantía de que ayude al desarrollo psicológico del soñante.

Además, para que la interpretación tenga valor terapéutico se deben evitar los prejuicios o actitudes tendenciosas que puedan impedir abrir nuevas posibilidades.

Al empezar a interpretar un sueño es conveniente partir de la forma que lo realizaba Jung: “no tengo idea de lo que significa este sueño”. Esta forma de abordaje evita partir de supuestos teóricos, reconocer que la imágenes oníricas corresponden a una serie de hechos psíquicos. El proceso de análisis de un sueño puede seguir los siguientes pasos:
  • recoger las amplificaciones de las imágenes oníricas
  • apuntar los temas interrelacionados
  • averiguar la respectiva situación consciente del sujeto
  • empezar el proceso de interpretación: inferir el mensaje del sueño

Una imagen onírica puede tener significados alternativos para diferentes sujetos o para el mismo en momentos diferentes, un símbolo puede tener, para el mismo sujeto en un mismo momento, significados múltiples que son todo ello facetas de la misma verdad central.

Debemos conocer que Jung no asignaba un significado fijo a una imagen onírica, pero existen algunos símbolos relativamente fijos (madre, persona desconocida, mar, animales), es decir que les podemos atribuir un significado parecido para distintos soñantes.

Frente a una imagen onírica debemos ir más allá de la apariencia obvia e inmediata de la imagen, y que concuerde con la experiencia del durmiente.

Las imágenes oníricas deben considerarse como símbolos y no como meros signos. El símbolo posibilita el desarrollo psicológico y facilita la transición de una actitud a otra. Una imagen onírica como signo sería considerar a un objeto fálico el signo de pene y nada más (aspecto que quizás hacía más Freud).

Así pues, evitaremos reduccionismos y, por ejemplo, a la imagen de una llave insertada en la cerradura, no la interpretamos sólo como signo reduciéndola a un pene que penetra en la vagina, sino que la consideraremos como símbolo sugiriendo la unión de opuestos, desentrañar un secreto o abrir la puerta al éxito.

Existen series oníricas donde se repiten sueños con temáticas o problemas similares. En general, cuando se repiten sueños de contenido parecido quiere decir que todavía no se ha hecho consciente el mensaje de los mismos.


PARA TENER SUEÑOS

El deseo intenso de soñar antes de ir a dormir favorece que tengamos más sueños y nos acordemos de los mismos al día siguiente.

Es recomendable tener una libreta y un bolígrafo preparados en la mesita de noche para escribirlos en el mismo momento de acordarnos de su contenido (por la mañana o en mitad de la noche).

Transcribir los sueños inmediatamente después de su producción, propicia recoger más información de los mismos que cuando esperamos varias horas o días en comentarlos.

Escribir todos los elementos aunque en apariencia nos parezcan triviales.